- Inducen respuestas fisiológicas predecibles al someter a los seguidores a ciertos ejercicios y experiencias planificados, y luego interpretan esas respuestas de maneras favorables a los intereses del líder.
- Provocan ciertas respuestas de conducta y emociones al someter a los seguidores a presiones y manipulaciones psicológicas, para explotar luego esas respuestas e inducir una mayor dependencia al grupo.
Estas características principales de
actividades (cambio en la dieta, sueño, niveles de estrés y ansiedad
inducida por la relajación), son experiencias que se sabe que producen
ciertos efectos fisiológicos y psicológicos. Un manipulador
experimentado de la mente puede interpretar esas respuestas humanas
esperadas para su beneficio. Puede decir que él o sus métodos en
realidad producen efectos, y puede nombrar (o reformular)
esos efectos para que concuerden con la filosofía que promueve. En el
proceso de reformulación, también puede culpar a la persona que se anima
a quejarse si la molestan los estados inducidos.
Cambio en la dieta, en el sueño y estrés
Problemas gastrointestinales y otros efectos relacionados con la dieta.
El vegetarianismo puede ser saludable
cuando los individuos estudian y seleccionan adecuadas combinaciones
diarias de alimentos. En contraste las sectas someten de pronto a los
miembros nuevos a dietas vegetarianas de bajas proteínas completamente
desequilibradas. Comer solo vegetales y fruta, sin preocuparse por
asegurar las cantidades adecuadas de proteínas y aminoácidos, produce
extrañas sensaciones en el tracto digestivo inferior. Algunos grupos
neo-hindúes reformulan los inconvenientes digestivos como limpiarse del
karma de vidas pasadas.
Varios ex seguidores de sectas me
comentaron que no solo habían sido vegetarianos mientras integraban la
secta, sino que también habían sido condicionados para sentir repulsión
cuando olían carne o pescado mientras se los cocinaba. Eso resulta ser
un problema para los que viven con en su hogar con su familia donde se
cocina carne.
Los neófitos se dan cuenta pronto que
quejarse en voz alta equivale a admitir su “perversidad” (impureza), y
la culpa resultante que eso induce los mantiene silenciosos y en espera
de que el liderazgo les indique maneras de disipar la culpa.
Intoxicación con azúcar,
es decir, cargar a una persona con muchísima azúcar, una técnica que
ayuda a superar la depresión y la hacen sentir temporalmente energizada.
Cambios hormonales:
El estrés, la dieta pobre y descanso inadecuado pueden tener como
resultado cambios hormonales que causan el cese de la menstruación en
las mujeres y que disminuye o detiene el crecimiento de la barba de los
hombres.
Algunas personas han estado sometidas a
agotadores programas de trabajo, a menudo con periodos en los que solo
descansaban de tres a cinco horas por noche, y días ocasionales con
caída total al suelo, por los cuales eran maltratadas, pues se decía que
estaban en “condiciones inferiores”, o que eran perezosas o pecaminosas.
Ansiedad inducida por la relajación
Se sabe desde hace tiempo por la
bibliografía profesional que no todo el mundo responde bien a las
técnicas de relajación. A algunos individuos esos procedimientos les
resultan relajantes y gratos, pero un número importante experimenta
incomodidad y angustia.
En años recientes, ha estado de moda
hablar del estrés de la vida y cómo reducirlo. Muchos grupos sectarios
diferentes han ofrecido la meditación como una cura general para el
estrés y han ignorado por completo las respuestas corporales típicas en
numerosas personas. Los grupos sectarios llaman a eso desestresarse y reformulan la molestia que cause como una respuesta necesaria y positiva.
Esa estrategia permite que el líder inste al meditador a seguir en la
meditación y a culparse a si mismo por tanto estrés interior o por no
hacer el proceso correctamente o con asiduidad suficiente.
Solo en los últimos años, se ha estudiado esas respuestas incómodas como un fenómeno, designado ansiedad inducida por la relajación (AIR)
por los investigadores. Los instructores éticos de meditación, como los
psicólogos o psiquiatras matriculados que la emplean como técnica
terapéutica, o los instructores de meditación que no pertenecen a sectas
y que la enseñan como una técnica de relajación, explican esas
respuestas incómodas para ver si el conocimiento ayuda a aliviarlas, o
pueden abandonar los procedimientos que causan las respuestas y
reemplazarlas por otros que producen menor incomodidad.
Los síntomas de AIR pertenecen a tres clases.
La primera:
incluye varias sensaciones angustiantes. El meditador se siente más
liviano y como si flotara, o pesado y con la sensación de hundirse.
Puede parecerle que su cuerpo cambia de orientación. Algunos sienten
frío o calor, perciben entumecimiento y hormigueo e incluso otros
experimentan sensaciones visuales, auditivas, gustativas y olfativas.
Los científicos piensan que algunos de esos síntomas reflejan un dominio
incrementado del sistema nervioso parasimpático durante la relajación,
que es un resultado de la dilatación de vasos sanguíneos y las
sensaciones de calor y pesadez que siguen.
La segunda:
esta clase de respuestas contiene actividad fisiológica conductual que
es motriz, es decir, derivada de los músculos (por ejemplo, sacudidas,
tics, espasmos, estremecimientos e inquietud) o que deriva de estallidos
de la actividad del sistema nervioso simpático, con el corazón que late
apresuradamente o las palmas transpiradas.
La tercera:
incluye ideas y estados emocionales repentinos y perturbadores que
parecen primitivos (como puede suceder con el contenido de los sueños,
por ejemplo) y que se inmiscuyen en el supuesto estado de relajación.
Tristeza, ira, alegría o deseos sexuales estallan en la conciencia del
meditador, para su angustia.
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