Cómo ayudar a alguien que está en una secta

Es usual hoy hacer mención a “patologías colectivas” que desvían el progresivo curso de nuestra sociedad; si depender de una secta es una tendencia creciente producto del hedonismo, egocentrismo, frustraciones reiteradas o falta de proyectos de vida, pues entonces reconsideremos retomar el cauce relacional, evitaremos así las consecuencias y las causas. Cada familia, cada medio vincular, es un mundo cuya proyección hace al mundo social.
“Cómo ayudar a alguien que está en una secta” es una búsqueda reiterada en Internet que continúa marcando la necesidad de generar espacios de información para ese “alguien” que podría ser tu hermano/a, tu padre, tu madre, tu hijo/a, tu compañero/a, tu pareja, tu amigo/a.
Si tomamos conciencia que toda grupo-dependencia impide vivir la vida, la orientación y redefinición de relaciones es un deber, porque delimitaremos la encrucijada de la dependencia y porque “el peligro fundamental de estos grupos es contra el valor supremo de la vida humana” – Paz y Miño.
Las indicaciones o pautas de carácter general se sumarán siempre a las necesarias para cada caso en particular, para encontrar respuestas a cada vivencia, como si se preparara un plan de acción guiado exclusivamente por el interés, dedicación y confianza en la resolución.
Preguntas de índole general, a modo de una auto-entrevista realizada en absoluta sinceridad, dirigida al medio vincular del sujeto grupo-dependiente, permitirán cierta reflexión sobre la relación previa, anterior a la vivencia de dependencia y necesaria para sabernos partícipes de la relación que deseamos retomar; cuestionamientos y respuestas que a su vez orientarán en la tarea:
  • ¿Conocimos y conocemos sus metas – objetivos – personales?
  • ¿Cuáles eran sus valores? ¿Mantiene los mismos?
  • ¿Cómo se integraba al entorno? ¿Compartía?
  • ¿Era afectuoso/a y demostrativo/a? ¿Nosotros?
  • ¿Cuáles eran sus demandas?
  • ¿Conocemos sus necesidades y deseos?
  • ¿Qué le provocaba alegría?
  • ¿Qué tipo de actividades disfrutaba? ¿Música, deporte, lectura?
  • ¿Qué tipo de decisiones personales importantes tomó anteriormente?
  • ¿Cuánto tiempo hace que nos dimos cuenta de la situación?
  • ¿Nos preocupa o avergüenza?
  • ¿Abandonó estudios o trabajo? ¿Nos informó?
  • ¿Los cambios fueron rápidos o de manera gradual?
  • ¿Responde a nuestras inquietudes?
  • ¿Nos sentimos defraudados o decepcionados?
  • ¿Podríamos hacer una descripción de su personalidad?
  • ¿Pensamos que siempre fue una persona dependiente?
  • ¿Sabemos cómo es/era su día? Horarios, alimentación, amistades, salidas, horas de sueño, etc.
Si luego de las observaciones consideramos que perdió su libertad, de pensamientos y sentimientos, y se instauró el resentimiento hacia todos, (fundamentalmente hacia uno mismo) es el momento de iniciar un accionar conjunto, recordando que no hay mejor camino que el se emprende en demostración amorosa efectiva. Es importante resaltar que siempre podrá lograrse un acercamiento, si estuviera a punto de ser trasladado/a por alguna “misión” del grupo, será la mejor oportunidad. Si no se logra nos llegaremos, buscaremos, y lograremos el contacto, sin argumentar nada hacia el grupo, simplemente empleando el más válido de los argumentos: nuestro amor, nuestro respeto hacia su individualidad, nuestra voluntad de colaborar en su felicidad, nuestra necesidad de saciar la verdad.
En algún momento el beneficio de la duda sobre la dependencia generada movilizará la revinculación; los familiares, amigos o allegados siempre depositan la responsabilidad exclusivamente en el grupo o en la persona que está en la secta; si bien en ocasiones (según las características del grupo) es mayor la influencia para inducir dependencia, el ingreso y la concurrencia se comparten. Esto es una aclaración válida para que el medio concentre sus esfuerzos en la persona que los preocupa; cuando lo hacen, la devolución, el “retorno o regreso del que fue” (frase que se comparte e identifica en la solicitud de ayuda) se esperará.
La libre decisión de participar en grupos (religiosos, seudo religiosos, de meditación, filosóficos, sectarios, de auto ayuda u otros) no implica que debamos comenzar a orientar ni que esa participación incluya dependencia; también es oportuno aclarar que no siempre se depende de una secta.
Si un niño pequeño colocara varias cajas, una detrás de la otra y las empujara, jugaría con ellas como si fueran los vagones de un tren, entremezclando las imágenes que él ha adquirido previamente de los trenes; traslademos esto a la situación de grupo-dependencia para comprender que todo sujeto conserva las “imágenes” de su historia vincular. Toda acción colaborará para que el sujeto grupo-dependiente pueda volver a la realidad de sus verdaderos vínculos; con el tiempo la privación de “su legitimidad”; se observará como un hecho más del pasado; el poder decidir el intento está en nuestras manos.
Mara Martinoli
Fuente de información: APG ARGENTINA

Cuestionamientos para orientar

Para formular en familia o en el entorno del sujeto que tal vez consideren grupo dependiente:
A. ¿Dejó relaciones afectivas importantes de lado?
B. ¿Su vida es demasiado diferente para Uds.?
C. ¿Asumió nuevos compromisos?
D. ¿Reemplazó ideales y/o estilo de vida por otros diametralmente opuestos?
E. ¿Qué dejó?
F. ¿Utiliza respuestas armadas y/o evasivas para contestar vuestras inquietudes?
G. ¿Se altera ante la solicitud de explicaciones?
H. ¿Puede compartir una conversación sin caer en argumentos del grupo?
I. ¿Es posible llegar a un acuerdo?
J. ¿Conoce realmente su realidad?
K. ¿Obvió informar cuando comenzó a comprometerse?
L. ¿Los hace sentir como enemigos?
M. ¿Líderes, dirigentes, consejeros y/o nuevas ideas ejercen autoridad sobre él/ella?
N. ¿Puede fundamentar sus nuevos objetivos?
O. ¿Le interesa lograr un acercamiento para permitir una buena relación?
P. ¿Pueden desafiarlo/a a informarse sobre dependencia grupal?
Mara Martinoli
Fuente de información: APG ARGENTINA

Test para detectar conductas adictivas

La conducta propia de un miembro de grupos con conductas sectarias tiene mucho en común con la de un alcohólico o un adicto. La relación que tiende a desarrollarse entre el miembro y el líder del grupo tiene el mismo carácter de dependencia que establece un adicto con la droga.
Esta similitud, que tiene fundamentos en la fisiología del cerebro humano, se manifiesta claramente en algunos puntos relevantes que se pueden detectar a partir de los siguientes parámetros. Según ellos, existe dependencia siempre que un sujeto:
1- Para sentirse bien necesita consumir cada vez mayor cantidad de alguna droga y/o realizar con más frecuencia algún rito o disciplina, y/o asistir al lugar donde se encuentra con los líderes del grupo y sus compañeros.
2- Mantiene un consumo de esa droga o un tiempo dedicado a esa actividad, ritual o disciplina, superior al que inicial y voluntariamente había considerado. Esta actitud tiende a ser justificada rápidamente y valorada como positiva.
3- No consigue, aunque lo intente con verdadera determinación, reducir el consumo de la droga y/o el tiempo que dedica a esa actividad, disciplina, ritual o al encuentro con los miembros del grupo.
4- Niega insistentemente tener dependencia de esa droga, disciplina, rito o grupo, mientras que su familia, amigos y círculo social ajeno a esta conducta tienen la percepción contraria.
5- Solo encuentra bienestar cuando consume la droga o cuando se ocupa en la disciplina o ritual; por lo que progresivamente todas sus actividades, intereses y relaciones comenzaran a girar en torno a la droga, disciplina o actividades del grupo de que se trate.
6- Se siente mal cuando no puede consumir esa droga, realizar el ritual o se encuentra alejado del lugar al que debe dirigirse para realizar actividades o encontrarse con los líderes del grupo.
7- No es capaz de enfrentarse a una situación cotidiana conflictiva sin consumir la droga o tomando resoluciones a partir de un criterio propio, necesita el consejo, asesoramiento y/o valoración del grupo y/o sus líderes.
8- No concede importancia a las consecuencias que se le puedan hacer notar respecto del consumo abusivo de la droga o a la práctica de ese ritual.
Cuando estos síntomas están presentes, es necesario acudir a asesoramiento profesional para poder superar esta situación de dependencia.
FUENTE: Pepe Rodríguez Adicción a Sectas Ediciones B, Barcelona, 2000

Modificaciones de conducta en grupo dependientes

Experta señala las modificaciones de conducta que se dan en los “grupo dependientes”.
Boletín RIES Nero. 114
12.01.09
Mara Martinoli, responsable de la Asesoría para Grupo dependientes (APG) de La Plata, en Argentina, vuelve a colaborar con Info-RIES con un artículo en el que reflexiona sobre las conductas que pueden observarse en las personas que tienen una dependencia de grupos, para facilitar su identificación y su posible respuesta. Por su interés, lo reproducimos a continuación.
Todo individuo que comienza a depender de un grupo manifiesta conductas que pueden ser consideradas extrañas, pero que no son más que producto de la dependencia misma. Recordemos que los cambios observados en el sujeto implican cierta desestructuración en la identidad, en la percepción del medio y en la conciencia y que la primera manifestación es la ruptura de vínculos sociales y afectivos en el medio social habitual.
La característica común que puede definir a los individuos grupo dependientes es la ausencia de variabilidad de la conducta dentro de una misma estructura, falta de coherencia y demasiada consistencia en el comportamiento, porque todo el tiempo son “los mismos” y responden a distintos estímulos ambientales de igual modo. A partir de aquí, podemos enumerar cómo se presentan las conductas producto de los nuevos puntos de referencia en las distintas áreas en las que interactúa:
Personal:
1- Desempeño social atípico: desinterés en la participación social, falta de concentración, disminución de la actividad, rechazo de otras relaciones.
2- Aislamiento: pérdida de contacto con amistades, deterioro de relaciones.
3- Inclusión de “nuevas amistades” –dentro del grupo.
4- Rechazo social producto del cambio en sus redes sociales.
5- Estigmatización: se etiqueta como raro, ido, antisocial, loco, desamorado, depresivo y/o maníaco, psicótico u otro.
6- Problemas de conducta: mayor irritabilidad, mentiras, engaño, disminución de relaciones afectivas positivas, comportamientos antisociales (sustracción de objetos de valor), agresiones verbales, intolerancia, malhumor.
7- Imagen corporal: deterioro y pérdida de la imagen anterior; en ocasiones es similar a la imagen de un consumidor de sustancias tóxicas.
Ámbito familiar:
1- Aislamiento y alejamiento de afectos primarios para integrarse con otros individuos que aparentemente manifiestan conductas similares.
2- Deterioro de la relación conyugal o de pareja –si existiere.
3- Pérdida de códigos de convivencia.
4- Dificultad para enfrentar el desacuerdo.
5- Acomodación del entorno para obtener justificación.
6- Manifestación de conductas opuestas.
7- Fuente de continuo conflicto a través del control de situaciones.
8- Necesidad de obligar al entorno a actuar y responder como demanda.
9- Ante la crítica u oposición reacciones no predecibles y a veces violentas.
10- Desconfianza hacia quienes lo quieren.
11- Clima familiar tenso.
Ámbito laboral o de estudio
1- El deterioro de las relaciones directas es trasladado a las relaciones con compañeros o superiores de trabajo y/o estudio.
2- Con el transcurso del tiempo llegan al no cumplimiento de las pautas laborales – de estudio (inasistencias, incumplimiento de horarios, entregas incumplidas, pérdidas de fechas de examen, entre otros).
3- Falta de concentración y baja productividad.
4- Reacciones no predecibles ante la exigencia laboral o de estudio.
5- Fuente de continua provocación.
6- Desconfianza del entorno en general y de tareas en particular.
7- Repetición de conductas para evitar la desaprobación –que contradictoriamente es fortalecida.
8- Dificultades de rendimiento.
9- Incapacidad de hacer proyectos.
10- Pérdida o abandono de la fuente laboral o del estudio.
Los cambios son súbitos, se abandonan las metas personales, los sentimientos se manifiestan en extremos, a modo eufórico o inexpresivamente, el lenguaje puede ser diferente y en general se utilizan frases que identifican con el grupo, reemplazando respuestas personales por otras estereotipadas.
Es oportuno resaltar que si bien el individuo grupo dependiente deja de lado a su familia y a sus afectos en primer lugar se deja de lado a él mismo; por ello es fundamental recordar que es una situación circunstancial y temporal que puede ser resuelta con la orientación adecuada.
Fuente de información: APG ARGENTINA

COMO ELEGIR UN PROFESIONAL TERAPEUTA

Antes de decidirse a iniciar un tratamiento alternativo, siga estos consejos:
  • Asegúrese de que el terapeuta en cuyas manos se va a poner, posee la formación adecuada.Infórmese sobre qué titulación tiene,los estudios que realizo y el tiempo que lleva ejerciendo.
  • Algunas disciplinas cuentan con asociaciones que regulan la formación de los terapeutas y llevan un registro de profesionales.Es recomendable que la persona que elija esté inscrita en algún registro público y que la asociación disponga de un sistema de reclamaciones y sanciones disciplinarias.
  • Concrete con el terapeuta cuánto le va a costar a corto y largo plazo el tratamiento,y el número de sesiones que va a necesitar.Pregúntele si le cubre un seguro de indemnización en caso de negligencia.
  • La empatia y la confianza con el terapeuta son esenciales para el éxito del tratamiento.Evite profesionales con quienes no se sienta a gusto.No se fie de los que hablan maravillas de los tratamientos que imparten.Desconfie más de aquéllos que insisten en que abandone su medicación convencional sin consultar antes con su médico.
Fuente de información: redune.org


Asesoramiento para desertores de cultos


Por Madeleine Landau Tobías
Para aquellos que se alejan de una secta, o son expulsados o abandonados por sus líderes suele ser una sorpresa descubrir que liberarse de un culto no es necesariamente liberarse de su influencia así como tampoco de sus técnicas de manipulación mental.
Construir una vida nueva, encontrar trabajo, comenzar nuevas relaciones, aprender a disfrutar siendo uno mismo, confiar en el criterio propio y escoger entre deseos y valores puede resultar sobrecogedor.  Aun esas tareas básicas pueden verse impedidas por la dificultad en focalizarse en un pensamiento lógico, sin confusión mental, ansiedad, fobias.  En adición a eso, pueden manifestarse pesadillas, depresión y una sensación de desesperanza que pueden llevar a una persona a buscar asistencia terapéutica luego de su experiencia con una secta.
Todo se complica por el hecho de que los ex miembros tienen dificultad en encontrar terapeutas familiarizados con sectas en general y sobre su secta en particular, así como especializados en técnicas de manipulación mental.  Sin un enfoque sobre los métodos y técnicas particulares usadas por el grupo y su sistema de creencias, la terapia es frecuentemente prolongada, compleja y frecuentemente no logra identificar las necesidades inmediatas del ex miembro de una secta.
Como terapeuta trabajando con ex miembros, puedo explicar los varios elementos generales de reclutamiento de sectas y manipulación mental, así como también el identificar los efectos de trauma emocional, físico y sexual por ellas provocadas.
Aun más efectivo, he descubierto que cuando la terapia es combinada con la experiencia de un asesor de familiarizado con el tipo de secta, la recuperación puede facilitarse enormemente. La terapia puede entonces ser utilizada para dirigirse puntualmente a las necesidades de recuperación del paciente.
La ventaja de la asesoría para desertores es que frecuentemente el ex miembro está consciente de las técnicas específicas de manipulación usadas en la secta.  Con la asistencia de un terapeuta astuto es posible reconstruir algunas de esas técnicas, aunque en ocasiones los estados alterados de conciencia que el ex adepto experimentó -bajo la influencia de la secta- continuará induciéndole una amnesia espontánea.
En otras palabras, mientras se realizaban cantos, oraciones, meditaciones u otros ejercicios, se lograron estados alterados (conocidos como disociación).  Aun sutiles deviaciones de nuestro estado normal de conciencia pueden ser suficientes para hacer al miembro de la secta altamente sugestionable y vulnerable a las influencias sutiles del grupo.
Estas desviaciones de conciencia combinadas con sugestión, mandatos y sutiles influencias por parte del líder del grupo son instaladas con frecuencia más allá de la percepción del afectado.
La mente naturalmente intentará encontrar sentido a lo que le parece ilógico.  Sin embargo, la aceptación de las creencias culticas, influencias y valores son frecuentemente difíciles de diseccionar cuando están profundamente embebidas de la manera antes descripta, o cuando la filosofía de la secta hace énfasis en la necesidad de dejar de lado a la mente a fines de vivir la experiencia espiritual.  Ante una mente pasiva, la penetración es mucho más efectiva.
Dudas y conflictos sobre el grupo pueden ser presentidos, pero la fuente de esos presentimientos está fuera de la conciencia activa.  Es por esta razón que muchas personas dejan a sus sectas sabiendo que algo estaba muy mal con la experiencia, y sin embargo tienen dificultad en entender qué es lo que les ha sucedido.
Frecuentemente ex-miembros se culpan a sí mismos por no haber sido capaces de quedarse dentro del grupo y viven una sensación de fracaso personal.  No pueden percibir la “tecnología” a la que fueron sometidos, ni que en realidad la culpa haya sido del líder del grupo, sino que más bien creen que quienes fallaron fueron ellos.
A su vez, los ex compañeros de secta serán convencidos de que, efectivamente, el desertor ha fracasado en su devoción o carecía del nivel evolutivo necesario para “entender el camino”.
Ejemplo 1: En un grupo de transformación masiva, los trances hipnóticos se introducen a través del entrenamiento.  La instalación de creencias culticas se hace mientras el individuo se encuentra en un ligero estado alterado de conciencia (trance semi-hipnótico) y está altamente sugestionable durante ejercicios de “visualizaciones guiadas”.
Otros procesos o “ejercicios” usan estados de alta emocionalidad cuyos efectos posteriores camuflagean y hacen inaccesible una evaluación inteligente de la experiencia.
Para alguien no familiarizado con las prácticas sectarias o culticas, los efectos de esas técnicas pueden ser subestimadas sin poder apreciar el poder que ejercieron sobre los procesos mentales.  Los problemas de las alucinaciones inducidas y el pensamiento ilógico en los ejemplos arriba descriptos pueden ser malentendidos por los trabajadores de la salud mental tradicionales. Estos no son ejemplos de psicosis, sino de un fenómeno sectario intencional a fines de mantener el control y separar al adepto de su grupo original de pertenencia.
Sin un entendimiento adecuado de lo que ocurrió en el grupo, es extremadamente difícil el separar y distinguir las creencias sectarias y valores de aquellas creencias mantenidas previamente.  El pensamiento ilógico, las dificultades en concentrarse y tomar decisiones, comportamientos y sentimientos erráticos son difíciles de erradicar cuando su fuente es desconocida.  El entendimiento del uso o mal uso de estados alterados combinados con las creencias del grupo sirven de ayuda en comprender las dificultades posteriores a la partida del grupo sectario.
Una opción disponible para ex-miembros en encontrar un consejero especializado en salida de sectas, que esté especializado con la secta del consultante en particular y llevar adelante un tiempo de tratamiento intensivo con él.
Esto no se trata de psicoterapia sino de un proceso informativo diseñado para educarlo sobre las técnicas especificas de manipulación mental usadas por su secta y sus efectos:  sus fundamentos, falacias e implicancias de las creencias del grupo; y quizá información de aspectos legales y éticos del grupo y su líder.
Los poderes “milagrosos” y las manipulaciones del gurú o líder pueden ser expuestos y ser fuente de las fobias reveladas y resueltas.
Debido a que hay más de 3 mil cultos en los Estados Unidos, no resulta razonable esperar que alguien esté familiarizado con su secta, especialmente si ésta tiene menos de cincuenta miembros.
Las sectas, de todas maneras, tienden en ser categorizadas como meditación Occidental, Movimientos New Age, transformación de masas, psicoterapia, seminarios de liderazgo, etc.  Por lo tanto, encontrar a un asesor con conocimiento especial de su clase de grupo es razonable.
Pregunte a otros ex-miembros sobre sus experiencias, lea tanto como pueda sobre cultos y control mental, y luego entreviste a varios consejeros antes de seleccionar uno.  Asegúrese de elegir a alguien con quien se sienta cómodo y accesible y que se encuentre familiarizado con el grupo.

Publicado en español en PROYECTO ANTISECTAS 

https://exbk.wordpress.com/ayuda/

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